El cannabis medicinal se legalizó en Gran Bretaña en 2018, pero aún no está disponible en el Servicio Nacional de Salud. Significa que la legalización ha hecho poca diferencia para los pacientes que no pueden permitirse una receta privada en una clínica.
Cinco años después de que se legalizara el cannabis medicinal, el gobierno aún no ha financiado ensayos clínicos que podrían conducir a su uso en el NHS, según se informó a Sky News. El Ministerio del Interior ha cannabis reclasificado en 2018 para que los médicos especialistas puedan prescribirlo bajo estrictos controles.
Falta de investigación sobre el cannabis
Un año después, el organismo de control del NHS advirtió a los médicos que no prescribieran cannabis medicinal a los ocho millones de pacientes con dolor crónico porque no había suficientes ensayos clínicos de buena calidad. A pesar de la falta de pruebas, el Instituto Nacional de Investigación en Salud ha revelado ahora que no ha financiado ninguna investigación sobre la seguridad y eficacia del cannabis desde que se modificó la ley. Esto significa que el cannabis no está disponible para muchos pacientes. El cannabis de calidad médica es ahora muy caro, pero puede que valga la pena probarlo para muchos pacientes con enfermedades crónicas.
El Ministerio del Interior advierte que el consumo regular de cannabis puede provocar dependencia y problemas de salud mental. Para intentar proporcionar pruebas más sólidas sobre el uso del fármaco, Celadon Pharmaceuticals está lanzando ahora el primer ensayo clínico de este tipo en 5.000 pacientes con dolor crónico.
Cultiva plantas de cannabis en cámaras especiales, donde la luz, la humedad, la temperatura y los nutrientes se pueden controlar con precisión para producir cogollos florales que contienen cantidades predecibles de compuestos activos. A diferencia de otros medicamentos de cannabis, las plantas de Celadon contienen la sustancia química psicoactiva THC, aunque en niveles demasiado bajos para producir un efecto elevado.
James Short, cofundador de la empresa, dijo que de todas las empresas que había construido a lo largo de su carrera, Celadon había sido la más difícil: “Somos una empresa farmacéutica, no una empresa de cannabis. Debemos intentar romper el estigma. Cuando me involucré en el negocio por primera vez, me ponía nervioso incluso hablar de ello con amigos. Nuestro trabajo no es drogar a la gente, sino darles una mejor calidad de vida”.
Pero antes de que pueda prescribirse, también debe regularse como medicamento. Como parte del ensayo, los pacientes reciben cogollos de cannabis molidos en un inhalador especial que administra sólo la dosis prescrita. El ensayo ha sido aprobado por la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) y el Comité de Ética en Investigación del NHS. La aprobación se produjo tras un estudio preliminar de 500 pacientes, que encontró que el cannabis reducía la necesidad de analgésicos opioides y mejoraba el sueño.
Fuente: news.sky.com (ES)